PÁGINAS

9 de febrero de 2017

Aterrizando el concepto de Gobierno Abierto para #localgov4transparency

Ayer mismo tuve la oportunidad de asistir como ponente a la jornada denomina Diálogos sobre Transparencia y Gobierno Abiertoorganizada conjuntamente por la Federación Española de Municipios y Provincias y ONU Hábitat en Madrid. La mesa de la que formé parte estaba coordinada por el Profesor Criado y le acompañábamos en la misma Fernando Miranda Torres, Vicepresidente del Consejo Consultivo de Federación Nacional de Municipios de México, Serafín Pazos, de la Asociación Escocesa de Autoridades Locales, Jonatan Baena Lundgren, Secretario General del Ayuntamiento de Torrent (Valencia) y yo mismo.

Mi intervención se centró, muy brevemente, en apuntar una definición concreta de Gobierno Abierto y explicar, a grandes rasgos, cuáles son los retos que va a suponer éste para las Administraciones Locales españolas durante los próximos años. El resultado de mi exposición fue más o menos el siguiente: 



Personalmente, entiendo al Gobierno Abierto como un nuevo paradigma de la gestión pública que se diferencia de los modelos anteriores por su capacidad para incorporar a la sociedad en el proceso de toma de decisiones públicas, promoviendo la transparencia radical como paso previo a la participación ciudadana, y por fijar como meta esencial del modelo una verdadera rendición de cuentas de las Administraciones públicas.

Y es que, a fin de cuentas, el Gobierno Abierto debe considerarme como una evolución lógica de aquélla primera Administración burocrática que tan magníficamente Weber caracterizó, de los modelos posteriores vinculados al New Public Managemet que asentaron a fuego los principios de eficacia y eficiencia y que, finalmente, con el influjo de la globalización y de las nuevas tecnologías (y principalmente internet) han derivado en una nueva fórmula de gestión pública que, más allá de transformar el lado interno de nuestras organizaciones, pretende incorporar a la ciudadanía en los procesos de decisión y diseño de las políticas públicas. 

Por otro lado, podemos resumir mucho en dos los retos esenciales que van a tener las Administraciones los próximos años para desarrollar modelos estables de Gobierno Abierto. En primer lugar, nuestras instituciones deberán hacer frente al RETO con mayúsculas de desarrollar primero e implantar después un modelo integral y sostenible de Adminsitracion electrónica, porque a nadie se le ocurre ya que la relación con los ciudadanos siga realizándose mediante los cauces tradicionales, en soporte papel y por la vía presencial. Se impone el canal telemático, con las máximas garantías para la sociedad y con la proximidad y la inmediatez que el contexto impone. 

En segundo lugar, el reto más importante, quizá incluso más que el anterior, va a ser nuestra capacidad para adoptar una cultura organizativa pro-apertura que asegure que las instituciones públicas "desde dentro" se creen y confían en la sociedad, asimilando todos los valores consustanciales del Gobierno Abierto como son la transparencia, la participación, la colaboración y la rendición de cuentas. 

Tenemos Administraciones públicas con mucho músculo por lo que a la capacidad de gestión se refiere, pero que carecen en última instancia de la inteligencia emocional suficiente de ponerse al la posición de sus administrados para resolver unos problemas que con el paso del tiempo se han vuelto cada vez más complejos y poliédricos. Gestión del cambio alineado a la realidad que está ahí fuera, en la calle. 

Por último simplemente dar las gracias a la FEMP, especialmente a Juana López Pagán y a Carmen Mayoral, por dejarnos dar una visión tan particular y de provincias de un concepto tan colosal y aglutinados como el que representa el de Gobierno Abierto.

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