27 de septiembre de 2021

Gobierno electrónico, abierto e inteligente: lo importante no es el qué sino el para qué.

Esta misma semana he tenido la suerte de ser invitado por dos compañeros y amigos a varias citas ineludibles del panorama congresual para los amantes de la transparencia. El martes 28 acompañaré a Fernando Gallego en la Jornada que organiza el Ayuntamiento de Valencia para celebrar el Día internacional de acceso universal a la información; y el miércoles 29 estaré on line con el GT21-16 Experiencias de implementación de la transparencia en el marco del VI Congreso Internacional de Transparencia - gracias a Javier Sierra por su amable invitación -. 

En ambos eventos trataré de dar mi visión personal sobre la transparencia y el derecho de acceso, pero para que nadie me pueda decir que no estaba avisado, antes quiero hacer solo algunas consideraciones previas a mis dos intervenciones de los próximos días. Veamos.

Primero, es crucial entender que ni la transparencia - ni el derecho de acceso, la participación, o los datos abiertos, etc - son fines en sí mismos, sino que deben considerarse como algunas de las herramientas más eficaces para abrir nuestras instituciones y hacer de ellas lugares más confiables y comprometidos, es decir, son una palanca más, sino la más importante, para alcanzar un modelo de democracia plena como forma de vivir en sociedad y organizarnos. Forman todos ellos parte, además, de un todo más complejo y poliédrico que venimos a llamar Gobierno Abierto y que se ha consolidado como nuevo paradigma de la gestión pública a partir del año 2010. 


En segundo lugar, es crucial para los que nos dedicamos a este negocio mantener siempre una visión holística, transversal y temporal de las fases por las que atravesamos y, fundamentalmente, del valor que "acumulan" nuestras organizaciones con cada una de estas porque ni partimos de cero cada vez que abrazamos un nuevo mantra evolutivo ni debemos creer que las viejas y las nuevas formas de pensar y organizarnos son independientes las unas con las otras. Todo fluye, todo se aprovecha, todo se comparte igual, todo va hacia el mismo sitio. Porque lo importante no es el qué sino el para qué.

Y por último, señoras y señores, estamos en 2021, a nada ya del 2022, los datos son el futuro, y no es una forma de hablar. No podemos insistir más en impulsar la Administración electrónica - tiempo ha habido para hacerlo -, ni si quiera para promover los valores sobre los que se asienta el Gobierno Abierto - allá quienes no lo hayan hecho hasta ahora - debemos centrarnos ahora en prestar servicios de calidad en un contexto de incertidumbre donde los datos van a ser nuestra gasolina. 

Y luego están ya si eso, los que aún no tienen ni sede electrónica y esas cosas. Tú eliges.  

Nos vemos esta semana como si no te hubiera contado nada. 



Un saludo y nos vamos leyendo ;-) 




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