A finales del año 2017, la Diputación de Castellón quiso dar un paso más en la implantación de un Gobierno Abierto Provincial al definir su Estrategia de Gobernanza Participativa. Para ello, se diseñó un órgano colegiado de composición mixta que aglutinara los intereses de la sociedad civil, el poder político a nivel institucional y las necesidades y demandas de los municipios de la provincia. Ojo porque la cosa no fue fácil, porque en términos de participación debíamos crear un modelo híbrido que diera cobertura a nuestros dos clientes naturales: los ciudadanos y los Ayuntamientos.
En sus primeros años de vida, el Consejo Provincial de Gobernanza Participativa desarrolló con cierta soltura dos procesos participativos en su seno – Ciclismo y Rutas turísticas y gastronómicas y Plan Contra la Despoblación Interior – que fueron impulsados conjuntamente por los integrantes de dicho órgano y cuyos resultados y conclusiones se pueden consultar en el propio Portal de Participación de la Diputación de Castellón.
El pasado 20 de abril, el Consejo Provincial de Gobernanza Participativa autorizó por unanimidad la celebración de un nuevo proceso participativo que tiene como misión incorporar a la sociedad civil y a los Ayuntamientos de la provincia en la mejora de la gestión de los servicios públicos de la Diputación, utilizando para ello una técnica de observación directa que, en colaboración estrecha con ciudadanos y funcionarios municipales anónimos, nos sirva para identificar áreas de mejora de ésta, tanto en el ámbito de la gestión ordinaria de los procedimientos que tramita, como en el marco de la rendición de cuentas de las políticas públicas que estratégicamente impulsa. Hemos llamado a este proceso participativo – El Cliente misterioso.