4 de septiembre de 2017

El otro problema del empleo público español, o por qué no solo el sistema de selección tiene la culpa.

Sé que llevaba algunos meses sin publicar ninguna entrada, pero con el inicio del nuevo curso académico me he propuesto retomar mi actividad bloguera con algo más de entusiasmo - veremos cuánto me dura! - pero que nadie espere que sea tan sumamente prolijo como mis compañeros y amigos Amalia López, Conchi Campos o Víctor Almonacid, lo de ellos es algo sobre natural ;-)

El día a día en la Diputación de Castellón desplegando nuestra Estrategia de Innovación, el arranque del esperanzador proyecto colaborativo de #InnovacionOnTour, mi reciente incorporación a los Grupos de Trabajo técnicos de la Comisión Sectorial de Administración Electrónica, y la participación en todo tipo de jornadas, congresos y actividades formativas me han privado del tiempo suficiente para pensar, estudiar y escribir tanto como quisiera. 



Pues bien, lo cierto es que se habló (y escribió) mucho los últimos días antes de mis vacaciones de verano de un tema que a todos nos interesa, como es el modelo del empleo público en España y, principalmente, lo caducos que pueden llegar a ser los procedimientos de selección de los futuros funcionarios de las distintas Administraciones públicas, pero no os voy a repetir todo el argumentario, tranquilos, para eso ya está la blogosfera pública y algunas entradas realmente brillantes de mis compañeros que os apunto al final de este post.

Sin embargo sí me gustaría hacer una humilde aportación al mencionado debate desde una perspectiva más personal, desde el punto de vista de los aspirantes, de los opositores que pasan varios años estudiando para obtener esa tan ansiada plaza en el sector público. Como algunos sabréis, llevo más de diez años preparando a futuros empleados públicos que opositan a diferentes cuerpos y escalas tanto de la AGE. como de la Generalitat Valenciana, y os puedo asegurar que el perfil de todos ellos ha cambiado muchísimo durante estos últimos años. 

Como algunos de vosotros, yo también fui uno de ellos, allá por el año 2001, invirtiendo tres años de mi vida - full time - en prepararme unas cuantas oposiciones a varios Cuerpos Superiores de la función pública española que con mucho esfuerzo aprobé. Pero con el tiempo me pasé al otro lado de la tarima y comencé a preparar en una Academia a esos tiernos recién - licenciados que con tanta energía devoraban los temas de todos los temarios.

Sin embargo algo ha ocurrido durante estos últimos años que ya nada ha vuelto a ser lo mismo...Y no sabría explicaros ciertamente qué puede ser, pero la cuestión es que esos jóvenes aspirantes suben desde la Universidad prácticamente desmotivados, sin ganas de luchar por una plaza cuando saben que las posibilidades son pocas, sin capacidad de sacrificarse día tras día, semana tras semana, fiestas, Navidades, veranos y todo lo que os podáis imaginar cuando el beneficio es "solo" una plaza en la Administración pública (SOLO!!!), sin apenas disciplina para seguir el orden lógico de una clase de preparación que puede durar una misma tarde hasta 4 y 5 horas combinando diferentes tipos de ejercicios y metodologías.

Y es una pena, la verdad, porque si al anticuado sistema de acceso a la función pública española además, ahora, debemos sumar a unos aspirantes con pocas aspiraciones...¿qué va a ser de nuestras Administraciones cuando se produzca la temida jubilación masiva de nuestros empleados públicos los próximos años?...

La clave, supongo que estará, como siempre, en la escuela y en la universidad: inculcar buenos métodos de aprendizaje, fomentar la automotivación, desarrollar habilidades profesionales más interesantes y, en definitiva, formar a personas en valores y principios lo suficientemente estables como para enfrentarse a cualquier tipo de problemas, por complejos que sean...pero ojo, esta es solo la humilde opinión de un simple funcionario.

Por favor, no descuidemos esta variable en nuestros debates, el problema arranca de mucho antes, porque los aspirantes ya no llegan en condiciones de competir en este u otro sistema de selección, por muy bueno que sea. Repensemos de cero el modelo educativo para construir sobre una buena base una modelo de función pública verdaderamente profesional al servicio de todos.


Un saludo y nos vamos leyendo.

Si quieres profundizar más en el escabroso asunto de que hemos hablado, solo tienes que leerte estas magistrales entradas de algunos compañeros y amigos:



Víctor Almonacid

Conchi Campos:

Sergio Jiménez:

12 comentarios:

  1. Hola Borja, como estamos este lunes. En la comunidad de contratación del Inap tenemos un hilo de desmotivados (yo incluido). Funcionarios hechos y derechos habituados a enfrentarnos a situaciones complicadas en condiciones desfavorables. Que los recién licenciados estén desmotivados es triste. Quizá la culpa la tengamos los padres habituando a nuestros hijos al disfrute constante. Siempre entretenidos, sin margen para el aburrimiento, la rutina, los deberes. La generación floja. Con lo que hicieron nuestros padres...
    Creo que me voy a apuntar a una escuela de padres. El otro día algo de esto comentaba también JR Chaves en su blog.

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    1. Hola Guillermo, hombre, pues no te diré que algo de culpa tenemos sabes, en nuestra mano está transmitirles esos valores de esfuerzo y sacrificio que luego les acompañarán en todos los aspectos de la vida...pero también es verdad que el sistema educativo actual no hace refuerzo positivo de esos mismos aspectos, con lo que acabamos teniéndolos más que despistados...

      En fin, supongo que aún estaremos a tiempo de hacer algo, verdad!

      Gracias por compartir compañero, nos vemos en NovaBob?

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  2. Conozco un par de casos de personas brillantes que acabaron la carrera, se tiraron varios años preparando oposiciones y al llegar a sus plazas y estar varios años, vieron que eso no es lo que querían (malos rollos, luchas de poder, inmovilismo, trámites absurdos)... La administración es esencial para una redistribución más equitativa de recursos. Y para ello, valorar y reconocer a las personas que trabajan en lo publuco8, es imprescindible. O hay más (re) conocimiento del papel que juegan las AAPP y su gente trabajadora, más formación y prácticas en las AAPP de estudiantes de últimos años de carrera y más vinculación de los grados universitarios y FPs con las funciones, tareas y puestos de las AAPP o seguirán opositando quienes tengan buena memoría, varios años de su vida libres para estudiar o quieran tener un "trabajo fijo" para toda su vida (aunque luego en la práctica eso no resulte tan atractivo por otros muchos factores...). Ánimo!! El relevo intergeneracional administrativo está a la vuelta de la esquina!!

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    1. Hola Mentxu, cuánta razón tienes, al final lo que debería ser un destino envidiado y muy codiciado por otros se acaba convirtiendo en una jaula de oro para muchos que ven frustradas sus expectativa en algonsa facetas profesionales que querían desarrollar. Eso y, como tú bien dices, se vende poco la función pública antes de acceder a ella, más pedagogía y más enseñar que te vas a encontrar luego para evitar sorpresas. Quizá no necesitemos a las mentes más brillantes, pero desde luego que sí queremos a los más motivados para trabajar en beneficio del servicio público.

      Un abrazo fuerte jo, te echaremos de menos en Novagob 😘😘😘

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  3. ¡Hola, Borja! Celebro que hayas retomado tu blog y ojalá que tus actividades paralelas te den un respiro y nos permitan disfrutar de tus publicaciones durante mucho tiempo.

    Te escribo porque soy opositor y llevo unos cuatro años preparándome (uno a tiempo completo y tres compaginando los estudios con el trabajo como empleado público).

    No tengo el perfil de los opositores a quienes preparas, dado que una vez terminé la carrera me puse a trabajar en el sector privado y años después decidí opositar. Tal vez esa sea la razón por la cual valoro muchísimo lo que significaría una plaza en la administración pública.

    Durante este tiempo de formación he pasado por varias academias y la verdad es que no he percibido desmotivación entre mis compañeros, sino más bien competitividad y afán de superación. Posiblemente no haya advertido el cambio de actitud al que te refieres porque llevo poco tiempo en el mundo de las oposiciones y, por tanto, no sé cuál era el talante de los aspirantes hace una década.

    De todas maneras, aunque hubiera desgana y poca disciplina entre una parte de los candidatos, tampoco constituiría el problema al que te refieres, porque los procedimientos de selección los harían cruzarse con los aspirantes con preparación espartana, que seguramente dejarían a aquellos fuera de la carrera por los puestos. ¿No crees?

    Un saludo y ánimo para seguir con el blog.

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    1. Hola Carlos, y bienvenido al blog!

      En primer lugar darte la enhorabuena por dar ese salto hacia adelante y querer probar con lo publico, eso ya dice mucho de ti y de tu empeño por conseguir lo que tanto deseas. Sin animo de parecer generalista la entrada pretendía evocar un panorama con el que yo me encuentro cada vez con mayor frecuencia, pero ojo, siguen existiendo opositores de pata negra que estudian disciplinadamente y aprueban antes que nadie, pero esos, cada vez menos, lo conseguirían todo en la vida porque es una actitud lo que le acompaña y no simplemente muchas horas de estudio, no sé si me explico. Lo que subyace en la entrada es que algo está fallando en el sistema cuando los aspirantes ya están llegando al mundo de las oposiciones prácticamente disinflados, sin apenas fuerzas para continuar.

      Muchísimas gracias por comentar y un placer haberte conocido.

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  4. Borja me alegro, y tu lo sabes, que retomes tu actividad en este blog que tanto entretiene a unos y nos enriquece a otros.
    El tema que abordas, es mucho más complejo de lo que en un principio pueda parecer. El sistema actual de selección de funcionarios públicos se diseñó en su momento, en la época de máximo esplendor del modelo burocrático de administración pública normativizado, reglmanentado y jerarquizado... como respuesta a los atropellos y venta de oficios del "Ancien régime", en la actualidad, una prueba más de que la administración electrónica se construye lejos de un nuevo paradigma de administración pública es éste que tu expones, una suerte de neoburocracia incapaz de hacer frente a los retos del futuro, que el nuevo escenario de gobernanza exige en sintonía con las demandas de una sociedad de la información y la comunicación.

    Saludos,
    Cristóbal

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    1. Hola de nuevo Cristóbal, es cierto lo que comentas, el modelo responde a una época concreta del tiempo y por eso en nuestras manos está innovar en el mismo de la misma manera que tratamos de hacerlo con la Administración en su conjunto, ya que no vamos a tener organizaciones perfectamente alineadas a la sociedad del s XXI y procesos selectivos que aún sigan las pautas del s XIX. pero todo se andará amigo, tiempo a tiempo y la gran reforma de la función pública caerá por su propio pero, estoy más que convencido.

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  5. Completamente de acuerdo con las anteriores entradas.

    Después de 15 años en la Administración,sinceramente creo que es un problema mucho más complejo de lo que a priori parece...

    El aspirante se encuentra con factores tales como:

    La falta de una política de personal sería y definida.

    Sistemáticos incumplimientos en cuanto a convocatorias (sobre todo desde el año 2008, y en las Comunidades Autónomas, el Estado ha sido algo más cumplidor, las cosas como son... )

    La nada o el "caramelo envenenado" del interinaje frente a la plaza.

    Tribunales de selección en muchos casos no profesionales.

    Arbitrariedades en los procesos...

    A todo lo que hay que sumar el desprestigio al que la política ha llevado a la Administración.

    Por otro lado, y como dijo allá por el año 96 Alejandro Nieto en su libro" La "nueva" organización del desgobierno":"pasadas las primeras ilusiones, la realidad enseña que el éxito personal no depende del trabajo bien hecho, del esfuerzo, sino del agrado del jefe, y fundamentalmente, de la política."

    Afortunadamente, poco a poco, las cosas van cambiando, GRACIAS TRANSPARENCIA, pero aún queda mucho por hacer.

    Un saludo.

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    1. En primer lugar, muchas gracias por tu comentario, que redunda efectivamente en toda esa suerte de trampas psicológicas que el aspirante debe superar siquiera mucho antes de haber aprobado una plaza.

      El panorama, desde luego, para ellos, es desolador, pero debemos confiar en que las futuras generaciones de empleados públicos tienen verdaderamente vocación de servicio porque si no las Administraciones públicas lo van a pasar mal, muy malamente...

      Gracias y buenas noches.

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  6. Por matizar mi comentario, en cuanto a la necesidad de adaptar los procesos selectivos de las administraciones públicas a los nuevos retos, me refiero que en un futuro, como complemento a la formación académica de los aspirantes, se requerirán competencias asociadas a la inteligencia emocional en consonancia con el nuevo escenario de gobernanza en un contexto de administración electrónica, que va a regir el funcionamiento de las administraciones públicas en Europa.

    Saludos,
    Cristóbal

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    1. Entendida perfectamente la matización Cristóbal!

      No podemos seguir pensando en temario o pruebas que solo valoran conocimientos teóricos cuando ahora son otras las aptitudes y las actitudes que el empleado público del s. XXI tiene que demostrar. Administración electrónica, gobierno abierto, participación, colaboración ciudadana, etc. son las nuevas variables que nos hacen pensar que el cambio de enfoque es necesario a la vez que apremiante.

      Un saludo

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