5 de octubre de 2025

Innovación para estoicos.

Ahora que el estoicismo está tan de moda vale la pena recordar una de esas frases que sobreviven a los siglos como si hubieran sido escritas ayer. Me refiero al célebre «Solvitur ambulando», que podríamos traducir como «se resuelve caminando». Diógenes el Cínico lo soltó con sorna ante quienes debatían si el movimiento era posible o no, y su forma de zanjar la cuestión fue levantarse y andar unos pasos. Una respuesta tan simple como demoledora: menos palabrería, más acción. Esa misma actitud, trasladada al terreno de la gestión pública, bien podría convertirse en el lema de una Administración que se toma en serio la innovación.

Porque lo cierto es que hablamos demasiado de innovación.

Elaboramos planes estratégicos con títulos rimbombantes, redactamos documentos de cien páginas llenos de diagnósticos impecables, dibujamos mapas de actores, diseñamos hojas de ruta.

Todo impecablemente justificado y perfectamente alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el marco europeo de competencias o el enésimo plan estatal.

Sin embargo, en demasiadas ocasiones todo ese despliegue de teoría no se traduce en transformaciones tangibles para la ciudadanía. La innovación se queda en el papel, en el power point o en el discurso institucional, cuando lo que realmente necesitamos es ponerla en marcha, aunque sea con pasos pequeños, torpes e imperfectos.



NOTA: Podéis ver la entrada completa publicada bajo el mismo título en el Blog de esPublico, disponible en el siguiente enlace.

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